Historia

El año 1991 Fátima Rodríguez, educadora de párvulos, junto a Santiago Mena, profesor y músico y Guadalupe Rodríguez, diseñadora, comienzan a gestar el proyecto del Jardín Infantil Azulillo, que nace después de una larga búsqueda de Jardín Infantil para sus hijas e hijos.

La elección del nombre tiene un sentido y relación con la identidad del Jardín: Azulillo es una flor silvestre chilena, también llamada queltehue, y crece en la precordillera entre la II y IX región.

A la belleza de esta flor silvestre se une el caballito, símbolo de nuestro Jardín, que es tomado después de escuchar el cuento “La historia de un caballo que era bien bonito” de Aquiles Nazoa, poeta venezolano (1920-1976).

En enero de 1992 el Jardín abre sus puertas en una casa en la calle Guardia Vieja en la comuna de Providencia. La casa, hecha por el arquitecto León Rodríguez Valdés, padre de Fátima y Guadalupe, pertenecía a Marta Carrasco, tía de ambas e ilustradora de libros infantiles. Esta casa fue acondicionada para Jardín con el apoyo y trabajo de familiares y amigos.

Durante los años 1992 y 1993 el Jardín funcionó en este lugar, logrando consolidarse para luego trasladarse a Av. Pocuro 2333. Entre los años 1992 a 1999 Fátima Rodríguez fue directora pedagógica del Jardín, y desde el año 2000 asumió la dirección María de la Paz Padilla.

El año 2010 comenzó a gestarse la idea de una nueva sede, con el objetivo de recibir a las niñas y los niños  que no lograban entrar por no haber cupo. Esta idea fue propuesta por una abuela de dos niñas que estuvieron en el Jardín. En febrero del 2011 fue firmada la escritura de compra de una casa del año 1942, ubicada en la calle Suecia 2090 esquina Bustos, a cuatro cuadras de la sede Pocuro.

Luego de una remodelación a cargo de los arquitectos León Rodríguez, Pelagia Rodríguez y Gregorio Castillo, esta nueva sede comenzó a funcionar en agosto de 2011 con dos grupos completos de niñas y niños. Ese año, también se realizó un libro que conmemora los 20 años del Jardín Azulillo teniendo un lanzamiento a fines de diciembre en la nueva sede donde fueron invitados todos los ex alumnos/as, alumnos/as, madres y padres del Jardín.

María de la Paz Padilla, tomó el cargo de la dirección de la sede Suecia y Ximena Téllez la dirección de la sede Pocuro. Desde el año 2012 la nueva sede Suecia funcionó a capacidad completa en la jornada de la mañana y desde el año 2016 en la jornada de la tarde.

Las dos sedes Pocuro y Suecia funcionaron con un equipo de trabajo que se amplió según los requerimientos, logrando hacer un trabajo pedagógico en conjunto con planificaciones semanales y jornadas de trabajo durante el año.

A partir del año 2020 se integró al equipo directivo Javiera Warnier, educadora de párvulos. Durante el año 2020 y este año 2021 producto de la pandemia por COVID-19 el Jardín Azulillo se vio obligado a explorar nuevas formas de llevar su misión a cabo, para que de esta forma las niñas y niños siguieran teniendo la experiencia de Jardín Infantil desde sus casas. El equipo aprendió a desarrollar contenido digital para apoyar a las familias a la distancia, realizando experiencias a través de videollamadas, presentando actividades en la página web y trabajando de manera híbrida, es decir, presencial y online. Siendo un enorme desafío, con costos y aprendizajes positivos, tanto para las familias, como para el equipo de trabajo del Jardín Azulillo.

De manera simultánea y azarosa, el Jardín se vio en la dolorosa necesidad de cerrar la histórica y fundacional sede de Pocuro, lo que redujo de manera relevante la cantidad de niñas/os y familias con las que el Jardín había trabajado año a año.

 

En definitiva, el Jardín Azulillo durante la pandemia, reafirma la idea de que la labor presencial  es irremplazable e irrenunciable para las niñas y niños, pero comprende que hay algunos aspectos del trabajo pedagógico que se pueden realizar de forma remota. Es por esto que crea un nuevo proyecto como extensión del Jardin Azulillo.

Su nombre es Chungungo, y su principal propósito es entregar  a las familias experiencias para "hacer cosas juntos/as", utilizando la metodología y visión del Jardín Azulillo, pero esta vez aprovechando las eficiencias y posibilidades que la distribución digital nos ofrece.

 

Chungungo representa la primera etapa de un proyecto más ambicioso que siempre ha rondado al Jardín Azulillo: la posibilidad y necesidad de llevar su metodología y visión a las familias más vulnerables de nuestra Sociedad. Al dejar de estar anclados a las restricciones físicas del trabajo presencial, el Jardín podrá llegar a lugares geográficos y a realidades que antes habría sido imposible. Finalmente, Chungungo abre la posibilidad de entregar mediante una suscripción, experiencias significativas, tanto a las familias que ya pasaron por el Jardín, como también a familias que quieran tener la posibilidad de realizar actividades lúdicas y entretenidas  con sus hijas e hijos desde sus casas.

 

www.chungungo.com

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LA HISTORIA DE UN CABALLO QUE ERA BIEN BONITO

Aquiles Nazoa

Yo conocí un caballo que se alimentaba de jardines.

Todos estábamos muy contentos con esa costumbre del caballo; y el caballo también porque como se alimentaba de jardines, cuando uno le miraba los ojos las cosas se veían de todos los colores en los ojos del caballo. Al caballo también le gustaba mirarlo a uno con sus ojos de colores, y lo mejor del asunto es que con los ojos de ese caballo que comía jardines se veían todas las cosas que el caballo veía, pero claro que más bonitas, porque se veían como si tuvieran siete años. Yo a veces esperaba que el caballo estuviera viendo para donde estaba mi escuela. El entendía la cosa y miraba para allá, y entonces mi hermana Elba y yo nos íbamos para la escuela a través de los ojos del caballo.

¡Qué caballo tan agradable!

A nosotros cuando más nos gustaba verlos era aquellos domingos por la mañana que estaban tocando la retreta y ese caballo de colores llegaba por ahí vistiéndose de alfombra por todas partes que pasaba.

Yo creo que ese caballo era muy cariñoso. Ese caballo tenía cara de que le hubiera gustado darle un paseíto a uno, pero quien se iba a montar en aquel pueblo en un caballo como ese, pues a la gente de ahí le daba pena; ahí nadie tenía ropa aparente.

Como sería de bonito ese caballo que con ese caballo se alzó Miranda contra el gobierno porque se inspiró en el tricolor de sus labios y en el rubio de sus ojos.

Ese caballo si se veía bonito cuando estaban tocando ahí esa retreta y el Señor Presidente de la Sociedad de Jardineros lo traía para que se desayunara en la plaza pública.

Que caballo tan considerado. Ese caballo podía estar muy hambriento, pero cuando los jardineros lo traían para que se comiera la plaza, el sabia que en el pueblo había mucha gente necesitada de todo lo que alli le servían, y no se comía sino a los músicos.

Y los músicos encantados. Como el caballo estaba lleno de flores por dentro, ellos ahí se sentían inspirados y se la pasaban tocando música dentro del caballo.

Bueno, y como el caballo se alimentaba de jardines y tenía todos los colores de las flores que se comía, la gente que pasaba por ahí y lo veía esperando que los jardineros le echaran su comida decían: míreme ese caballo tan bonito que está ahí espantándose las mariposas con el rabo.

Como sería de bonito ese caballo que con ese caballo se alzó Miranda contra el gobierno porque se inspiró en el tricolor de sus labios y en el rubio de sus ojos.

Y el caballo sabía que decían todo eso, y se quedaba ahí quietecito sin moverse para que también dijeran que aquel caballo era demasiado bonito para vivir en un pueblo tan feo, y unos doctores que pasaron lo que dijeron es que lo que parecía ese caballo es que estaba pintado en el pueblo.

¡Así era de bonito ese caballo!

Todo el mundo era muy cariñoso con ese caballo tan bonito, y más las señoras y señoritas del pueblo, que estaban muy contentas con aquel caballo que se alimentaba de jardines. ¿No ve que como consecuencia de aquella alimentación lo que el caballo echaba por el culito eran rosas?

Así, cuando las damas querían adornar su casa o poner un matrimonio, no tenían más que salir al medio de la calle y recoger algunas de las magníficas rosas con que el caballo le devolvía sus jardines al pueblo.

Una vez en ese pueblo se declaró la guerra mundial, y viendo un general el hermoso caballo que comía jardines, se montó en él y se lo llevó para esa guerra mundial que había ahí, diciéndole: mira caballo, déjate de jardines y de maricadas de esas y ponte al servicio de tal y cual cosa, que yo voy a defender los principios y tal, y las instituciones y tal, y el legado de yo no se quien, y bueno, caballo, todas esas lavativas que tu sabes que uno defiende.

Apenas llegaron ahí a la guerra mundial, otro general que defendía el patrimonio y otras cosas así, le tiró un tiro al general que estaba de este lado de la alcabala, y al que mató fue al caballo que se alimentaba de jardines, que cayo a tierra echando una gran cantidad de pájaros por la herida porque el general lo había herido en el corazón.

La guerra por fin tuvo que terminarse porque si no hubiera quedado a quien venderle el campo de batalla.

Después que terminó la guerra, en ese punto que cayó muerto el caballo que comía jardines, la tierra se cubrió de flores.

Una vez venía de regreso para su pueblo uno que no tenía nombre y estaba muy solo y había ido a recorrer mundo buscando novia porque se sentía bastante triste, ¿no ve que le mataron hasta el perro con eso de la defensa de los principios y tal?, y no había encontrado novia alguna porque era muy pobre y no tenia ninguna gracia.

Al ver ese reguero de flores que había ahí donde había muerto el caballo que comía jardines, el hombre cogió una de su gusto y se la puso en el pecho. Cuando llegó al pueblo encontró a su paso una muchacha que al verlo con su flor en el pecho, dijo para ella misma: que joven tan delicado que se pone en el pecho esa flor tan bonita. Hay cosas bonitas que son tristes también, como esa flor que se puso en el pecho ese joven que viene ahí. Ese debe ser una persona muy decente y a lo mejor es un poeta.

Lo que ella estaba diciendo dentro de ella con ese asunto, el hombre no lo escuchó con el oído, sino como lo oyó fue con esa flor que tenía en el pecho.

Eso no es gracia; cualquiera pude oír cosas por medio de una flor que se ha puesto en el pecho. La cuestión es que uno sea un hombre bueno y que reconozca que no hay mayores diferencias entre una flor colocada en el pecho de un hombre y la herida de que se muere inocentemente en el campo un pobre caballo.

Qué iba a hacer, le regaló a aquella bonita muchacha la única cosa que había tenido en su vida, le regaló a la muchacha aquella flor que le servía a uno para oír cosas: ¿quién con un regalo tan bueno no enamora inmediatamente a una muchacha?

El día que se casaron, como el papá de ella era un señor muy rico porque tenía una venta de raspado, le regaló como veinticinco tablas viejas, dos ruedas de carreta y una moneda de oro.

Con las veinticinco tablas el hombre de la flor se fabricó una carreta y a la carreta le pintó un caballo, y con la moneda de oro compro una cesta de flores y se las dio de comer al caballo que pinto en la carreta, y ese fue el origen de un cuento que creo haber contado yo alguna vez y que empezaba: “Yo conocí un caballo que se alimentaba de jardines”.

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Proyecto

El proyecto del Jardín Azulillo nace de un profundo compromiso con la felicidad de las niñas y niños, este sentimiento comienza del amor y el respeto al ser humano en cuanto a un ser único e irrepetible y de la absoluta convicción que solo desde el amor se puede edificar la vida plena.

“Edificar significa que se construye algo partiendo de la base, siendo esto último lo característico. Todo el que edifica construye, pero no todo el que construye edifica. No es la altura lo que hay que tomar en consideración, en cambio, si un hombre construye una casa, por muy baja y pequeña que sea, pero partiendo de la base, si decimos que ha edificado una casa. Por tanto edificar significa levantar algo hacia arriba partiendo de los mismos cimientos.” (Soren Kierkegaard, 2006).
El paso de las niñas y niños desde la casa al Jardín debiera ser lo más natural y lo más acogedor posible. Cada niña y niño tiene que ser absolutamente aceptada/o, respetada/o y querida/o, como si estuviera en su casa, solo así podrá entregarse a los demás con plena libertad, dando de sí lo mejor y abriéndose a lo nuevo con la confianza que otorga el sentirse respetada/o en lo más profundo de su ser.

Los fundamentos de nuestro Proyecto Educativo, son el respeto, el afecto y la libertad así como también la observación, la valoración y el respeto a la naturaleza, a nuestra flora y fauna, a nuestra cultura y a nuestros pueblos originarios que habitan y han habitado nuestro país.

Misión / Visión

Misión: Entregar educación de calidad en los primeros años de vida. Siendo un espacio educativo donde se respete a cada niña y niño como persona única e irrepetible, donde ellas y ellos se sientan acogidas/os, queridas/os e incentivados en su propia creatividad. Entregándoles todas las herramientas de acuerdo a su etapa de desarrollo y propiciando el encuentro con otros, la confianza, el respeto y el cuidado de la Naturaleza. 

Visión: Nuestro anhelo es que la experiencia vivida en los primeros años de infancia en el Jardín Azulillo, deje una huella profunda en las niñas y niños, para que  en el futuro sean mujeres y hombres íntegros, creativos, que asuman desafíos, que solucionen conflictos y que se comprometan con la Sociedad. Queremos formar personas que sean conscientes y comprometidas, para que así adquieran valor y respeto por los demás, por la Naturaleza que los rodea, por la cultura y por los pueblos originarios del país.

Buen Trato

“Ser sujeto de Buen Trato, en la primera infancia implica necesariamente que los adultos a cargo indiquen y respondan de manera pertinente y efectiva a las necesidades básicas de niños y niñas, incluyendo entre éstas aquellas relacionadas con la alimentación, cuidado, salud, atención y afecto. Se requiere de adultos disponibles, sensibles y atentos a sus necesidades. Una respuesta empática, oportuna y amorosa impacta de manera positiva en el aprendizaje y desarrollo integral de los párvulos y promueve la generación de relaciones afectivas y seguras, de manera que va estableciendo un círculo virtuoso” (Subsecretaría de Educación Parvularia “Orientaciones para el Buen Trato en Educación-Parvularia” marzo 2017).

El Jardín Infantil Azulillo está comprometido con el Buen Trato a los niñas y niños y con la prevención, detección e intervención oportuna y diligente en situaciones de maltrato y de abuso sexual cometida contra ellas y ellos.

 

Protocolo

Descarga nuestro protocolo: Protocolo Azulillo

Organización

Equipo

El equipo del Jardín Azulillo está conformado por

  • María de la Paz Padilla, Equipo Directivo, Directora
  • Ximena Téllez, Equipo Directivo, Directora
  • Guadalupe Rodríguez, Equipo Directivo – Tallerista de Pintura
  • Santiago Mena, Equipo Directivo – Profesor de música - Tallerista de Música
  • Vicente Lavanderos, Tallerista de Huerto y Medio Ambiente
  • Asunción Mena, Tallerista de Pintura
  • Educadoras de párvulos
  • Técnicos de Párvulos
  • Auxiliar de Servicios

Horario

  • Jornada Mañana:

-Lunes: 08:30 a 12:00 hrs.
-Martes a Viernes : 08:30 a 12:30 hrs.

  • Jornada Tarde:

-Lunes: 13:30 a 17:00 hrs
-Martes a Viernes: 13:30 a 17:30 hrs.

*El Jardín Azulillo no cuenta con jornada completa

 

Infraestructura

Azulillo cuenta con 3 salas, las que están implementadas con materiales de acuerdo a la edad e intereses de cada grupo de niños y niñas. Además de un espacio multiuso, que funciona como sala de música o Biblillo (Biblioteca del Azulillo). En el patio está el gallinero, domo, la casita de juegos, pozo de arena, columpios, juegos de patio y huerto.